David LaChapelle nació en Connecticut en marzo de 1969. A la edad de 6 años despertó su interés por la fotografía cuando retrató a su madre tomando sol en bikini.
La vida de LaChapelle tornaría su giro decisivo cuando a los 15 años se escapó a New York y trabajó en una discoteca en la que conoció a Andy Warhol y Liza Minelli. Dicen que de esa disco lo sacó su padre para devolverlo a la Escuela de Artes de California del Norte, donde recibiría una educación personaliza para su talento innato.
Inquieto y en constante búsqueda de un destino diferente al de los simples mortales, David se mudó definitivamente a New York a los 18 años, donde trabajó en un bar gay. La historia personal de este fotógrafo comenzaría a engrosarse en escándalos y controversias, dicen los que saben que por esta época LaChapelle, acusiado por falta de dinero, vendió su boca por unos billetes a un sujeto.
Gracias a Warhol comenzó a trabajar para la revista Interview y siguió con sus estudios en la Liga de Estudiantes de Arte y la Escuela de Artes Visuales de la cuidad. Pronto LaChapelle comenzó a mostrar su inclinación por escenas descabelladas y bizarras, con una clara connotación sexual.
Sus fotografías son verdaderas puestas en escena, donde la estrella protagonista se anima a ser representada por una mirada un tanto sórdida y kitsch. A los largo de su carrera a fotografiado a cuánta estrella del mundo del séptimo arte, la música o el deporte, se precie de tal.
Declarado abiertamente gay y poniendo su sexualidad como elemento de composición en su trabajo artístico, el SIDA le brindó varias penas al llevarse a su pareja, el bailarín Louis Albert, y varios de sus amigos.
Para los amantes de sus imágenes, tres books que compilan lo mejor de su trabajo: LaChapelle Land (1996), Hotel LaChapelle (1999) y LaChapelle Heaven and Hell (2006).
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