domingo, 11 de diciembre de 2011
Proyecto Personal
Abelardo Morell
Bodegón
El bodegón es uno de los temas fotográficos más exigentes de la fotografía profesional, pues requiere equipo y preparación técnica de alto nivel: sistemas sofisticados de iluminación, cámaras de medio y gran formato, un amplio abanico de accesorios como fondos, por no hablar de los conocimientos necesarios para obtener el máximo rendimiento de tanto utillaje. Todo esto acaba por disuadir al aficionado, que raras veces se atreve a adentrarse en este mundo aparentemente reservado a los profesionales.
Bodegón o también conocido como naturaleza muerta, es una obra de arte que representa objetos inanimados, generalmente extraídos de la vida cotidiana, que pueden ser naturales (animales, frutas, flores, comida, plantas, rocas o conchas) o hechos por el hombre (utensilios de cocina, de mesa o de casa, antigüedades, libros, joyas, monedas, pipas, etc.) en un espacio determinado. Esta rama de la pintura se sirve normalmente del diseño, el cromatismo y la iluminación para producir un efecto de serenidad, bienestar y armonía.
Estos tres factores (tema, luz y composición) resultan determinantes a la hora de conseguir una foto de bodegón que merezca la pena, pero no es cierto que partir de planteamientos complejos y elaborados o que hagan falta equipos especializados. Los bodegones sencillos apenas son exigentes en este sentido; cualquier cámara analógica o digital equipada con una óptica zoom estándar que permita intervenir al fotógrafo en los controles básicos de exposición, diafragma y enfoque
Macrofotografía
La fotografía macro o macrofotografía consiste en fotografiar un motivo a una distancia muy corta, más de lo que permite un objetivo normal, 50mm o 35-80, por sí mismo, llegando hasta una proporción de tamaño real 1:1, es decir, el tamaño del motivo será el mismo en el original que en el negativo.
Aunque la definición real de macrofotografía es aquella fotografía que realiza imágenes de mayor tamaño que el del original, hasta una ampliación de diez veces (x10),
Para conseguir este acercamiento al motivo podemos optar por distintas soluciones, cada una con sus ventajas e inconvenientes, no necesariamente caras, ya que hay para todos los bolsillos.
Para adentrarse en este mundo de lo pequeño existen mecanismos y soluciones con las cuales podemos obtener unos buenos resultados. En el fondo el funcionamiento de estos accesorios consiste en reducir la distancia mínima de enfoque. Es conveniente emplear ópticas fijas en vez de zooms, ya que la utilización de estos es más compleja y en ocasiones da peor calidad.
Los principales accesorios son: Los tubos de extensión, el fuelle, lentes de aproximación y anillo inversión y objetivo macro.
Los tubos de extensión: Tienen la particularidad de separar el objetivo con extensas fijaciones de la cámara, estos se colocan en el cuerpo como si se tratase de un objetivo y a ellos se acopla el objetivo, y es indispensable partir de una cámara de objetivos intercambiables. Estos tubos pueden encontrarse en diferentes tamaños, la opción más habitual es la que contiene tres medidas distintas, facilitando la opción de usarlos individualmente. En algunos se pierde el automatismo del diafragma.
El fuelle: Es muy parecido a los tubos de extensión, dado que se coloca entre la cámara y el objetivo, pero separándolos a la justa medida que necesitemos (ya que es graduable) disminuye o aumenta la distancia entre el objetivo y el plano de la película a través de una estructura protegida de la luz. Esta es su principal ventaja respecto a los tubos ya que no nos obliga a usar medidas preestablecidas.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Revista
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nes.
martes, 8 de noviembre de 2011
Daniela Edburg
Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.
Amy Stein
Sam Taylor Wood
Sam Taylor-Wood, OBE (nacida en Londres, Inglaterra, El 4 de Marzo de 1967) es artista contemporánea es una especializada en Fotografía y vídeo que se graduó en El Goldsmiths College..
Algunos de sus trabajos incluyen filmaciones de David Beckham durmiendo, Elton John o Pet Shop Boys. Sus fotografías se exhibenen el museo Guggenheim, en la National Portrait Gallery de Londres y en las mejores galerías del mundo, siendo una de las más aclamadas artistas británicas del momento, lo que no impide a sus detractores opinar que su verdadero talento se encuentra en los números de teléfono de su agenda. Una agenda a la que dio buen uso en 2004 con la serie de fotografías Crying Men, veintisiete retratos de conocidos actores masculinos (Laurence Fishburne, Sean Penn, Dustin Hoffman, Paul Newman, Willem Dafoe o Robert Downey Jr) a los que sometió a la prueba de llorar de un modo sincero ante su cámara. Las imágenes nos plantean la pregunta de cuanto hay de verdad y cuanto de mentira en sus emociones.